Bebé en estado grave se salva por milagro

El 28 de diciembre, Joy Laboda, una pequeña de 1 año y 7 meses perdió la respiración y el ritmo cardiaco durante 30 minutos, por caer a una piscina sobrevivió  la llevaron a un hospital para niños de cuidados  intensivos.

Desde el accidente crearon una página en Facebook llamada “Pray for Joy” pedían constantemente oraciones para la recuperación de su hija.

La pequeña estuvo en coma inducido por tener complicaciones graves del corazón, cerebro y pulmones y también por haber sido operada para remover un coagulo de sangre. Dos semanas después se encuentra estable y sin daño recibe tratamiento fisioterapia.

Gracias a las oraciones de los padres y de la gente y los tratamientos especiales Joy pudo sobrevivir a este grave accidente, Dios escucho las plegarias de los que pedían que la pequeña sobreviviera,  no la da la espalda a nadie a pesar de sus complicaciones, Él le da una oportunidad para vivir.

Bebé se salvó del aborto y desafió a la ciencia

Michael y Angela Bakker, futuros padres de Naomi Joy, se preocupan porque su hija no se estaba desarrollándose de manera correcta en la semana 23 de gestación  y ya no crecía en el útero de la madre;  varios médicos le dijeron a la pareja de la bebe que moriría en cuestión de tiempo y le propusieron la opción del aborto.

Naomi tenía menos del 1 por ciento de menos posibilidades de sobrevivir, pero si lo hacía, tendría serias complicaciones como quedar ciega o sorda. Los Bakker decidieron no abortar y se refugiaron en su Fe.

A las 25 semanas de gestación, una preclamsia puso aún  en mayor riesgo su vida y también la de su madre. Entonces el  1 de julio, vía cesárea, nació la pequeña Noami. Tenía el tamaño de un bebé prematuro de 19 semanas y solo pesaba 364 gramos casi cien gramos menos de lo mínimo habitualmente nació con los ojos cerrados y sus órganos subdesarrollados.

Pasó casi 5 meses internada en la unidad neonatal de cuidados intensivos, afrontando diversos desafíos, tales como dos operaciones por hernias y una enfermedad crónica pulmonar.

Gracias a los tratamientos especiales, logró abrir sus ojitos, llegó a pesar un kilo, respirar sin ayuda de un ventilador, usar ropa de bebé y tomar un baño. El 19 d noviembre salió por fin y se fue a casa con sus padres. Si bien aún continúan los desafíos, Michael y Angela se muestran confiados en el progreso continuo de su hija y sobre todo en Dios. ¨El hecho de que los médicos sienten que está lo suficientemente bien como para volver a casa, es un milagro¨, aseguran sus padres.